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Mi "Lado B"​ del COVID-19

Manuel Lira

Actualizado: 9 abr 2020


Durante los últimos días, semanas y, en algunos lugares, meses, el COVID-19 ha monopolizado el flujo de información no sólo en México sino en el mundo. No es para menos. Sería irresponsable no utilizar cualquier espacio para mantener a la sociedad debidamente enterada para evitar un daño mayor.


Estoy convencido que cada individuo debe velar por su seguridad y así cuida de sus seres queridos. La multiplicación de este ejercicio permitirá lograr que la aceleración de la pandemia se disminuya. Así que unos días de distancia traerán grandes momentos de cercanía. 


Es abrumadora la información que existe en las redes sociales, alguna cierta y, lamentablemente, en otros casos falsa. Todos nos hemos convertido en el Secretario de Salud que nuestro país necesita, algunos incluso, se han convertido en figura Presidencial.


Esto me recuerda al momento en el que estamos viendo un partido de futbol de la Selección Nacional y entonces todos, porque ahí si somos todos, linchamos verbalmente al Director Técnico, delantero, defensa, medio, portero, bueno hasta al balón, porque pensamos que tenemos la razón –aun cuando no entendemos el juego-. Ojo, hay que guardar las proporciones de cada caso.


La libertad de expresión es la práctica más sana. Genera debate y creación de nuevas ideas. Nos permite crecer como individuos y, consecuentemente, como sociedades, como país. Así como el partido de futbol se termina, este momento de extrema urgencia que está experimentado el mundo también, en algún momento, se terminará.


La vida seguirá. Posiblemente no como la tenemos entendida. Ante esta posibilidad -estoy convencido de que cambiará en todos los aspectos-, la pregunta que surge es: ¿qué hay del otro lado de este COVID-19?. Nadie tiene una respuesta correcta. Habrá muchas. Entre esas, la que cada uno de nosotros tiene para su vida después del COVID-19.  


Para mi, es momento de acercarse a la familia, a los hijos -los que tienen fortuna de tenerlos-, no digo de manera física, me refiero emocional. Hagámonos presentes con los amigos, los compañeros de trabajo, aquellas personas que por alguna razón hemos dejado de atender por la “vertiginosa” vida diaria antes del COVID-19. Seamos más humanos con apoyo de la tecnología. 



El mundo, al menos como yo lo conocía, va a cambiar. Espero un mundo más incluyente, tolerante, conectado, pero sobre todo, humano. Veo un mundo donde los modelos actuales -económicos, sociales, políticos, de salud, etc.- no tendrán cabida como los conocemos. Sueño con un mundo donde todos, como podamos y desde nos toque, seamos humanos actuando como humanos.




 
 
 

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